Tenía como función primordial atender a todas las necesidades de Saichoro, padre de todos los habitantes del planeta Namek. Se caracterizaba -como Piccolo Daimaoh, al cual se parecía enormemente- pertenecer al grupo de los namek guerreros, lo cual era sinónimo de ser poseedor de una fuerza mucho mayor de la que sus congéneres. Y justamente por la fuerza que poseía fue elegido para ser guardián permanente de Saichoro. Una de sus misiones más importantes fue la de ser enviado para prestar ayuda por las fuerzas de Krilin, quien estaba llevando a cabo una sangrienta lucha contra las Ginew Tokusentai. Pese a las estrictas órdenes recibidas, Nail tuvo que durante el viaje el presentimiento de que una maligna fuerza estaba por atentar contra el Saichoro y sin dudar regresó a su planeta. La posterior llegada de Freezer y sus fuerzas de elite mostrarían que no estaba errado. El tirano galáctico estaba buscando las Dragon Ball con el fin de lograr la vida eterna. A partir de ese momento, la peligrosa función de Nail fue entretener a Freezer y sus soldados hasta que Dende conseguiría comunicarle la clave a Krilin, Nail no dudó en arriesgar su vida en una lucha imposible de ganar. Pese a que el tirano lo amenazó una y otra vez se resistió a revelar la clave y Freezer debió volver a su nave luego que se diera centa de la trampa en la que había caído. Eso si, por milagro no se ocupó de matar a Nail. Ya con heridas profundas, al borde mismo de la muerte, no dudó en fusionarse con Piccolo Daimaoh para aumentar el poder del namek "humano".
Sus poderes: Posee muchas de las habilidades inherentes a los guerreros namek, pero lo que más podemos destacar es su gran valentía y la enorme fidelidad hacia su pueblo. Concretamente, Nail es dueño de una gran fuerza de combate que alcanza las 42.000 unidades, como así también la capacidad de fusionarse.
La misión de este saiyajin era vigilar al joven príncipe Vegeta. Una vez que su planeta originario hubo desaparecido, Vegeta y él se pusieron a las órdenes de Freezer. Con el paso del tiempo, cuando se enteraron que Raditz había muerto a mano de los terrestres, se dirigieron a nuestro planeta con la idea de conseguir las esferas del dragón y lograr así la vida eterna. El viaje se prolongó a casi un año y llegaron a la Tierra en 762, no sin antes destruir en su deriva al planeta y a la raza arliana. Gracias a la guía de sus scouters, llegaron hasta Piccolo, Krilin y Son Gohan. Más tarde se les uniría Yamcha, Chaoz y Ten Shin Han. Estos dos últimos fueron vencidos por Nappa antes del arribo de Son Gokuh. Frente a esta situación, Son Gohan logró que algunas de sus fuerzas se reavivaran y decidió enfrentarse a Nappa. Así, el saiyajin proyectó un ataque que fue recibido en pleno por Piccolo. Movido por la desesperación de la muerte del namekiano, Son Gohan se lanzó al ataque, aunque en vano y solamente la abrupta llegada de Son Gokuh le permitió él y a Krilin evitar que los aniquilaran. Frente a un poderoso Son Gokuh, Nappa no puede hacer nada y el primero se dio así el gusto de vengar a sus compañeros que habían fallecido. La pelea terminó con Nappa, verdaderamente humillado, caído en el piso y con la columna hecha pedazos. Ya en una situacion extrema, no tuvo mejor idea que recurrir a Vegeta para que lo ayudase, pero éste le respondió matándolo y olvidando que eran "amigos". Pasado el tiempo, Nappa volvería a la Tierra en dos oportunidades. Una, con la aparición de Janenba y otra, cuando los dos A-17 abrieron un pasaje entre nuestra dimensión y el infierno. En estas dos oportunidades fue vencido sin problemas.
Sus poderes: Es un experto en todas las técnicas inherentes a los saiyajins: Kakushu energy ha, Bakuhatsu ha y el Saiko no waza, un terrible rayo que emite desde la boca.
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